Sufre de ictiosis laminar, una enfermedad de la piel, muy compleja, y requiere de un tratamiento que el pequeño no puede realizar actualmente. Además de dejar su piel muy seca y escamosa, hace que muchas veces se sienta excluido. Dijo que los demás niños le tienen miedo porque tiene esa piel y no quieren jugar con él.
Incluso, su mamá contó que debieron llevarlo al psicólogo porque él había
asumido que era un monstruo a causa de la enfermedad.
Vive en Ciudad de la Costa, en una vivienda precaria, que no le permite tener los tratamientos necesarios. El niño precisa de tres baños de inmersión por día, algo imposible en su casa actual.
Un grupo de vecinos que conocen su realidad comenzaron una campaña para ayudarlo. Primero reúnen dinero para alquilarle una casa y comprarle los muebles que necesitan. Luego buscarán que la familia pueda acceder a un terreno y a una vivienda propia.
Esta forma clínica de ictiosis se manifiesta desde el nacimiento. Los niños nacen envueltos en una membrana, como si fuera un celofan, que se pierde entre los 10 y 14 días, dando lugar entonces a la piel extremadamente seca. Se estima que ocurre un caso por cada 300.000 nacimientos.
Vive en Ciudad de la Costa, en una vivienda precaria, que no le permite tener los tratamientos necesarios. El niño precisa de tres baños de inmersión por día, algo imposible en su casa actual.
Un grupo de vecinos que conocen su realidad comenzaron una campaña para ayudarlo. Primero reúnen dinero para alquilarle una casa y comprarle los muebles que necesitan. Luego buscarán que la familia pueda acceder a un terreno y a una vivienda propia.
Esta forma clínica de ictiosis se manifiesta desde el nacimiento. Los niños nacen envueltos en una membrana, como si fuera un celofan, que se pierde entre los 10 y 14 días, dando lugar entonces a la piel extremadamente seca. Se estima que ocurre un caso por cada 300.000 nacimientos.
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